Desconectado pero comunicado, por cuestiones personales, un poco como justificativo de este "borramiento digital", me he dado cuenta de la impersonalidad y la inverosimilitud que la red genera en cuanto a la presencia/ausencia en la misma.
Si bien uno, en tiempos como los actuales, no puede estar "desconectado" con el mundo exterior, no sólo para conversar, sino para estar informado, realizar una tranferencia bancaria, programar un viaje, averiguar por un libro, etc, es muy importante la subjetividad que la ausencia le genera en uno.
Con esto me refiero al proceso intersubjetivo que a uno le produce cuando se te corta el celular o la señal de internet y uno no puede ver los mails por un período determinado. Pareciera que te quedás incomunicado que nadie te va a poder encontrar "ahora"; cuando se corta internet y estabas conversando con un amigo y te quedás en la mitad de la charla. No dejan de ser momentos que se han construido en la actualidad y que generan ese aislamiento temporal de la personas en el mundo.
Esto, obviamente, hace 15 años, y menos también, no pasaba. Por lo tanto es posible afirmar que estos estados de las personas se han ido construyendo socialmente para poder pertenecer y no para poder conectarse por otro medio.
A esto resulta importante preguntarse si las nuevas tecnologías son medios de comunicación o de conexión, ya que la ausencia o presencia de las mismas generan el sentimiento de incomunicación, pero lejos se esta de serlo en términos de intercambio subjetivo y de construcción se sentido entre dos o más personas.
Que los nuevos medios conectan, eso no cabe duda, pero que son herramientas de comunicación, considero que es un reduccionismo demasiado tendencioso como para poder ser considerado como tal. Comunicación es mucho más que una relación entre personas, implica un sentido, un mutuo entendimiento, un feedback, una significación, y no sólo el hecho de estar o no vinculados por un medio digital o electrónico.
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