El mundo de hoy constantemente nos está creando seudo-necesitades. Es decir, hoy resulta casi imposible no tener un celular, cuando hace nada más que 10 años era impensado, tener una computadora con un LCD, o que podamos ver DVD, entre otras cosas...
Alguna vez te preguntaste qué pasa con esas cosas que corristes a comprar y que hoy están en una caja sobre el placard, o en el galpón del fondo cubierto con una manta de tierra? Dónde dejaste la videocassetera cuatro cabezas que compraste a mediados de los 90, que hay del cine en casa con la super 8, o del televisor blanco y negro que tenia que calentar antes que te permitiera ver. Dónde están esas cosas?
El walkman que tanta felicidad te dió ¿Por dónde anda?, no digas que ahora escuchas música desde tu celular, o que no necesitás revelar el rollo de la cámara porque tu celular también saca fotos. Día tras día, la tencología nos va creando esa dependencia artificial que nos hace parecer perdidos ante su ausencia. De ahi la frase "quiero desconectarme de todo", como que todo lo que se conecta es lo que nos hace vivir en este ritmo tan agitado.
Qué hay del family game que tantas horas nos entretuvo, del Contra, el Mario Bross, el Islander, El Popeyan, el Galaga, entre tantos otros.
No se trata de apelar a la emoción, sino de ponerse a pensar dónde van todas esas cosas "pasadas de moda" que por las seudo-necesidades que nos crean se dejan de lado. Dónde estarán contaminando, si es que no fueron recicladas.
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