
Se trata de un cubo sin colores en sus piezas, que tienen unas etiquetas plateadas (de ahí el nombre de “mirror” = espejo) y con caras de diferente tamaño. Me cuesta un poco de trabajo entender la mecánica de la solución, así que imagino que “tendré” que comprar uno y experimentar en carne propia la frustración que provoca el aprendizaje de estos acertijos.
Como puede verse en la fotografía, el Rubik´s Mirror no siempre mantiene una forma cúbica, sino que adopta formas abigarradas que, me imagino, harán más compleja su solución.
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